A lo largo de los años se ha ido creyendo que el entorno estudiantil sólo es un requisito por el que muchas personas deben pasar para lograr sus objetivos. Sin embargo, este entorno es mucho más complejo de lo que se cree, e incluso ha sido factor para desarrollar en jóvenes diversos problemas de salud física, mental y emocional.
Algunas de las enfermedades detectadas recientemente son: estrés, ansiedad, depresión, colitis, gastritis, entre otras.
Muchos de esos padecimientos se deben a la constante carga escolar con la que muchos estudiantes se ven envueltos, además de otros factores que terminan siendo un detonante.
Aunque no lo parezca, las múltiples tareas y el aprendizaje continuo en el aula escolar resultan ser agotadores para muchos estudiantes e incluso son una causa para que algunos de ellos incumplan en sus actividades o terminen desertando.
Es por eso que a partir de 2019 se empezaron a catalogar los distintos tipos de estrés que puede experimentar una persona según el momento de su vida que esté viviendo. En el caso de los estudiantes, este suceso es denominado: “burnout estudiantil”.
El burnout estudiantil es un trastorno que se ocasiona por el agotamiento, el cuál llega a afectar la capacidad de aprendizaje, la motivación y el rendimiento en su entorno académico.
Y aunque mucho se relaciona a este padecimiento con el aspecto laboral, en 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo que el burnout, en general, es un deterioro físico y emocional de una persona, y que puede darse por la constante demanda de una labor.
Es importante mencionar que el burnout no se da de un momento a otro, este desgaste se va generando de forma continua y se refleja en un largo periodo de tiempo.
Algunos de los focos rojos más comunes que indican que este padecimiento está comenzando a aparecer, son:
Falta de motivación para realizar actividades escolares.
Incumplimiento de deberes y tareas académicas.
Agotamiento crónico, aunque se tenga descanso.
Falta de enfoque en clases.
Cuando un estudiante detecte que este tipo de señales está comenzando a presentarse, es importante comenzar a actuar antes de que el burnout evolucione a síntomas muchos más graves detonando alguna enfermedad.
Estas estratégias pueden servir para combatir o disminuir las manifestaciones del burnout estudiantil.
Ser consciente de las actividades escolares y delegar los tiempos.
Pedir ayuda o asesorías en materias que sean complicadas.
No autoexigirse.
Descansar y dormir bien.
Brindar tiempo suficiente de relajación
Realizar actividades de distracción como el ejercicio.
Es fundamental tener en cuenta que antes de autodiagnosticarse, se debe acudir con un psicólogo o un profesional de la salud, que ayude a evaluar el nivel de desmotivamiento que un estudiante está presentando.
Aunque a muchos no les parezca importante, la salud física y mental de los estudiantes es igual de importante que la de cualquier persona.
Si una materia, tarea o deber es complicado, siempre hay soluciones alternativas como empresas dedicadas a hacer tareas que resuelven cálculos matemáticos, realizan ensayos universitarios o trabajos de investigación.
¿Y tú, dejarás que la vida escolar consuma tu salud?
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